Jacinto Cabello es su papel en la serie que narra la vida de Rafael Orozco |
Como un papá estricto y a veces mal humorado, podemos ver a Alberto Pujol todas las noches en el Canal Caracol en su papel de Jacinto Cabello, padre de Clara Cabello (Taliana Vargas), en “Rafael Orozco, el Ídolo”, que cada día llega a los hogares colombianos recordando a uno de los grandes cantantes vallenatos colombianos de todos los tiempos.
Es un hombre feliz, aunque su gesto adusto demuestre muchas veces lo contrario, disciplinado, honesto y con grande valores de familia que trata de ser justo en todas sus decisiones. Jacinto Cabello tiene la sabiduría que dan los años y disfruta del reposo de una vida construida con honestidad y mucho trabajo; es el padre de 3 hijos y desde que nació Clara, la última de sus hijas, trató de pasar mucho tiempo con ella.
Es su consentida y a la que más se ha empeñado por educar a base de esfuerzo y sacrificio. Aceptó este papel por la música que lleva implícita, que es otra de sus pasiones que lleva en las venas y ha cultivado desde la infancia.
Pero también lo vemos en el papel de Troncoso en La Traicionera de Fox Telecolombia y que transmite el Canal RCN. Regresó a la televisión colombiana luego de varios años de ausencia y de haber interpretado a Patuleco en La Momposina y haber participado en La Madre al lado de Margarita Rosa de Francisco y Café, una de las más exitosas telenovelas colombianas de todos los tiempos.
Pujol es uno de los más grandes actores de la televisión cubana y el más popular en su país, no en vano ha protagonizado más de una docena de películas entre las que sobresalen La guardia del topo, Fábulas, Exit (2011); Casa Vieja, Boleto al Paraíso (2010), Brainstrom (2009), Ciudad en Rojo (2007), entre otras. También ha participado en producciones de televisión como Lynch, Tiempo Final, Kdabra, (Fox Telecolombia), La bruja (Canal Caracol), Dejémonos de Vainas, Café con aroma de mujer, entre otras, con las que ha obtenidos diversos reconocimientos a nivel nacional e internacional. En el 2011 le fue concedido el premio a Mejor actuación masculina por sus películas Boleto al Paraíso y Casa Vieja, sumada a un India Catalina en 1984.
Empezó a actuar a los 8 años de edad haciendo un papel de niño vietnamita en la televisión de su país y luego se matriculó en la ENA (Escuela Nacional de Arte) donde se graduó como profesional en actuación.
“Yo quiero a Colombia porque es mi segunda patria y entiéndase por patria lo que refiere a mi sentimiento genuino, a mi cariño, a lo que soy capaz de dar… además, aquí nació mi segunda hija, Isabela Lucía. Colombia ante todo es una escuela de vida, donde yo vine a probar que podría hacer otras cosas.
Al principio fue difícil, muy difícil. Yo venía sin dinero; hasta que tuve la suerte de que un director muy importante, que había estado en Cuba en muchas ocasiones, Pepe Sánchez, sabía quién era yo, qué había hecho, qué yo hacía, conocía parte de mi trabajo y me llamó y me introdujo en la televisión.
A él le gustaba lo que yo hacía, me dijo: “¡Mira, olvídate de todo lo que has hecho, si has hecho o no televisión, aquí tienes que empezar otra vez de cero, te toca empezar de cero! Eso fue en el año 94. Tuve la suerte…, yo tenía un premio de actuación en Colombia por Los Pájaros tirándole a la escopeta, fue una ocasión muy feliz hacer esa película”, afirma el actor.
Cuando llegó al país, recuerda que todo era muy simpático, ya que venía de protagonizar varias películas y series en su país… “el Embajador de Cuba me prestó su auto para ir a una entrevista a RCN; porque en ese momento yo no tenía ni dónde caerme muerto y supuestamente debía ir muy bien vestido a esa entrevista.
Llegamos con el carro del embajador, todo vestido de azul y cuando llegué al canal, se bajan los cristales y todo, cómo en las películas, y el hombre que estaba en la puerta estaba mejor vestido que yo, el portero, y dice: ¡espérese un momentito, señor, un momento, por favor, mire, corra su auto para atrás, que viene alguien que se acerca acá! y venía una súper camioneta flamante y en ella Guy Ecker. El protagonista de Café, que estaba en furor en ese momento.
Me sentí que… yo dije: bueno, ¿pero qué yo que le hecho al mundo?, ¿por qué me trata así este hombre? Date cuenta que estaba muy marcada esa diferencia. Cuando llega el protagonista, es el protagonista.
Sin embargo, vi unas fotografías, por eso te hablo de Guy Ecker, y de Margarita Rosa de Francisco, de muchas actrices muy importantes que había en Colombia y yo me dije en ese momento: Bueno, Pujol, a lo mejor tú no eres rubio de ojos azules, tú no mides siete pies, ni vas a ser el protagonista montado arriba del caballo, porque primero no lo monto bien, pero, tú no te puedes ir de este lugar, hasta que tu nombre no sea al primer nombre que esté ahí. Esa era mi responsabilidad.
Yo tenía que ser el primer nombre del elenco. Si no estaba como el primer actor del elenco, mi carrera estaba mal en Colombia y logré ser el primer actor del elenco. Cuando vi que yo era el primer actor del elenco, que decía Alberto Pujol como primer crédito, entonces me dije: ya puedo regresarme a mi país, pero tenía que estar allí, tenía que lograrlo y tenía que demostrar… No es tan fácil de porque llegué y ya me toca.
Aprendí que había que luchar, que había que pasar mucho trabajo para lograr las cosas. Las cosas a veces nos vienen dadas y ¡chévere, qué bueno!, pero a veces toca trabajar, sufrirlas, para que la gente vea que efectivamente tú has logrado las cosas con mucho esfuerzo; si no, no habrían puesto mi nombre allí, en ese lugar” señala el actor.
En la actualidad en Colombia trabaja de la mano de su manager Irasema Otero y su empresa Shango Producciones y es uno de los actores cubanos más reconocidos a quien cada noche vemos en dos facetas distintas: las de un padre drástico y cariñoso y la de un hombre enamorado y que busca conseguir el amor de la persona que lo desvela y que quiere lo mejor para su familia.
Para entrevistas de prensa comuníquese con su oficina de difusión y comunicaciones al celular (57) 316 353 9061.
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