En Colombia cada año decenas de niños quedan en la orfandad total a causa del feminicidio, un fenómeno social que aumenta cada día y donde el Estado se ha mostrado inerte y la respuesta ante estos hechos no llega de manera oportuna.
Con la promulgación de la Ley 1761, o ley Rosa Elvira Cely, contra el feminicidio, la que tipifica los asesinatos de mujeres con exacerbado odio como un delito autónomo, se creyó que el fenómeno disminuiría, pero contrario a lo que las autoridades y sociedad en general creyó, loshechos cada vez son mayores en número, crueldad, salvajismo y misoginia.
Cada mes aumenta la cifra de niños que no podrán decirle a sus madres cuanto las aman, darle un agradecimiento por la vida que le dieron y los cuidados promulgados; estos niños y adolescentes son los huérfanos del feminicidio, seres humanos que un día perdieron a su progenitora por causa del machismo de hombres enardecidos, muchos de ellos, sus propios padres.
Lo más paradójico, es que la ley de feminicidio no contempla en ninguno de sus artículos una ayuda social, económica, terapéutica o de restablecimiento de derechos para quienes un día perdieron a su ser más amado, a quien les dio la vida y de quien nunca más podrán recibir un 'buenas noches' al ir a su cama.
Para el periodista e investigador social Yeiver Rivera Díaz, autor del libro Ni una mas Ni una menos, la ruta al feminicidio, los niños son los principales afectados, además de las mujeres asesinadas, en estos hechos donde el Estado no ha sido capaz de garantizar la seguridad de sus madres.
"Estamos ante un Estado pasivo que no castiga con celeridad estos hechos y donde la capacitación brindada a jueces, fiscales, autoridades policiales, comisarias de familia y todos quienes están inmersos en la problemática, ha ahondado y generado miedo para que las mujeres denuncien y encuentren verdadera justicia y protección. Hay casos donde la mujer asesinada ha dejado huérfanos 3 o 4 hijos, que pasan al cuidado y protección de la familia de la occisa, quienes en muchas ocasiones son también de escasos recursos y aumentan el número de personas en el hogar, generando, además del dolor, pobreza y falta de oportunidades".
Para el comunicador, la impunidad de más del 90% de los casos es un problema demasiado grave ya que "se está mandando un mensaje errado. En el que se señala que se puede seguir asesinando a las mujeres y nada pasará porque la justicia es inoperante ante estos hechos", señaló.
Las únicas ciudades del mundo que atienden a los menores huérfanos del feminicidio, con ayudas económicas y educativas, son Buenos Aires, Argentina, Ciudad de México y Ciudad Juárez en México, de resto nadie se interesa por las otras víctimas del feminicidio de las que poco o nada se habla.
Ni una más Ni una menos, la ruta al feminicidio
El libro fue presentado en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá y muestra datos, cifras, estadísticas de más de 20 países del mundo, buscando dejar un mensaje de prevención de estos lamentables hechos.
El trabajo reúne testimonios de familias colombianas y mexicanas víctimas del feminicidio y el concepto de psicólogos forenses, perfiladores criminales, profesionales de sociología, medicina forense, derecho penal, criminalística. El libro recoge de manera clara y directa lo que viene ocurriendo en el planeta con el fenómeno, que aunque ha sido tipificado como delito autónomo en muchas naciones latinoamericanas, los hechos continúan registrándose con mayor ahínco. El texto fue publicado por Lemoine Editores y se puede encontrar en todas las librerías del país o pedirlo directamente aquí.
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