lunes, 30 de diciembre de 2013

El adiós a un guerrero: Armando Villegas

El maestro Villegas y el periodista Yeiver Rivera Díaz
Por: Yeiver Rivera Díaz
Uno de los artistas más importantes del último siglo en Colombia se ha ido, en la tarde de este domingo 29 de diciembre, el maestro Armando Villegas exhaló su último suspiro en la tierra y partió al cielo guiado en un sendero custodiado por guerreros celestiales, esos mismos guerreros que en la tierra lo hicieron “famoso” y reconocido en todo el continente, los guerreros que llegaron a ser sus obras más plagiadas.

Lo conocí una noche de 31 de mayo en una muestra llevada a cabo en el centro de Bogotá y de inmediato me marché con él a su estudio a conocer de su trabajo, anécdotas, conocimiento, trabajo y experiencias. Casi no logro ingresar al mismo, ya que mientras él entraba por su casa para llegar al estudio y abrirme las puertas del mismo, fui atacado por uno de sus fieles escuderos, su perro fiel.

Afortunadamente salí ileso del ataque canino y lo que vi, minutos después fue un éxtasis de color, figuras, imágenes, arte, trazos y obras que adornan su estudio del barrio Bella Suiza en la capital del país.


El maestro Villegas en su estudio
Sus reflexiones en torno al arte iban en que los desechos también se pueden convertir en obras de arte, es más, muchas de sus últimas creaciones estaban realizadas en desechos recogidos en la ciudad, su frase más clara era que “hasta la mierda la vuelvo arte”.

Hasta el último momento creó, apoyó y luchó por el arte. Era uno de los últimos sobrevivientes del maravilloso grupo de pintores que revolucionaron el arte en Colombia: Grau, Widemman, Obregón y Ramírez Villamizar, quienes de verdad le dieron una identidad a la plástica nacional y dejaron un legado artístico eterno.

“En nuestro lenguaje popular se dice que del árbol caído todos hacen leña o al caído caerle, yo en cambio digo que del árbol caído se pueden hacer indumentarias, muebles, pero también se hacen lápices para seguir escribiendo y proyectando el conocimiento”, reflexionaba el maestro.

Varios libros quedan del maestro Villegas para seguir alimentando el conocimiento de su obra y su trabajo. Uno es Armando Villegas homenaje, publicado por la editorial Villegas Editores en el que se hace un amplio recorrido por su trabajo. Otro es Pedagogía especial del dibujo, el que el maestro siempre quiso llevar a todos los colegios de la ciudad para que fuera enseñado a los nuevos artistas, los del futuro. Ojalá, después de su desaparición, ese sueño se vuelva realidad.

Sus grandes amores eran su esposa Sonia Guerrero, sus hijos y sus tres gatos Pablo Picasso -pero nadie le cree-, Martín que es el filósofo de la familia, porque el filosofa cuando sueña y Plomo.

Armando Villegas era un investigador innato, cada día que amanecía estaba investigando y en la búsqueda de cosas que lo conmovieran y que le permitiera expresarse con cada elemento que lo rodeaba. Amigo personal de grandes personalidades del país, entre ellos los ex presidentes Andrés Pastrana y Ernesto Samper; del científico Manuel Elkin Patarroyo, senadores y personalidades de la cultura en el mundo.

Sus guerreros enmascarados nunca tuvieron en sus manos un arma contundente, son guerreros de paz, de reconciliación y de armonía.

Su legado quedará por siempre, su obra permanecerá por generaciones y su recuerdo, para quienes tuvimos el placer de conocerlo y compartir un café en su estudio, será algo imborrable en nuestra mente. Paz en la tumba del maestro de maestro: Armando Villegas. 

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